Empiezas con lo básico
Antes de hablar de inversiones o impuestos, te aseguras de que tienes una base sólida. Aprendes cómo funciona un presupuesto de verdad, no esas plantillas que nunca usas. Entiendes tus ingresos, gastos fijos y dónde se te va el dinero sin darte cuenta. Es sencillo, pero es lo más importante.